martes, 12 de junio de 2018

Documental de entrevista y escenificación: Las higías

Las Higías


''Pequeña, amistosa y no tan augusta,
como la ateniense Parténope, 
 pueda Atenea Higia ser
 nuestra cercana patrona personal''


domingo, 10 de junio de 2018

Ensayo papel: Aproximación


Ensayo papel: Aproximación 



Acerca de la infancia

El lavadero estaba debajo de una escalera. Junto a un lavarropas, había un estante donde se guardaban franelas y artículos de limpieza. Allí tenía mis frascos con los capullos que recolectaba en cada lugar a donde iba. Cruzaba dos pedazos de cinta en la boca del recipiente y los colgaba en la unión, justo en el centro. Péndulo. Entonces, comenzaba la investigación.
En una libreta olvidada entre mudanzas, anotaba los cambios que observaba. Día por día. Junto con algún rudimentario boceto. Una vez que la mariposa salía, la liberaba y guardaba el envoltorio arrugado y algo reseco en pequeñas cajas que iban a parar a mi mesa de luz o en su defecto, en las páginas amarillentas de cuadernos de los 90'.



 Hay algo en el movimiento. Después aparecen los patrones y pienso que puedo adivinar lo que sigue. Y ahí nace la atracción por el loop. O por la enajenación.
La mirada de Dios es bastante cómoda.También el plano general teatral.
Una limitada cenital por el encuadre.

La fascinación por la mirada rectangular.
¿Cuánto hay de azar en la forma?

Primera intervención sonora


Atrapo una onda en una subasta en donde el dinero no tiene valor. Sino, la capacidad de sacarle jugo a las frecuencias.
La imagen de un exprimidor de ondas y un desayuno frente a 
un software se vuelve atractiva. 
Por un lado, pienso en las bacterias moviéndose dentro de mi oído.
Agudas, húmedas, algo reverberantes.
Y por otro, la misma fábrica de siempre.
Donde el tubo del microscopio  funciona como mediador.
El sonido sube taponado, con excesiva presencia de graves.
Y sé que abajo hay una maquinaria funcionando.
Los siete días de la semana.

Solo los domingos se permite escuchar algo de música clásica.

 
Reminiscencia adolescente

Cuando trabajaba en la farmacia, deseaba que toda
 la clientela agolpada en el encuadre de adelante pudiese ver lo que había detrás.
Cada vez que se llenaba, corría al laboratorio con la farmaceutica de turno
para observar qué es lo que hacía allí sola, con todos sus preparados.
Y también para evitar atender.

La luz de tubo y las heladeras creaban una bonita sinfonía.
Mientras, yo, guardaba los hielos para conservar las vacunas.
Y el mostrador como límite. 

Una vez en la facultad



 La Mosca y sus peligros (1920).

Deriva en mi investigación de lentes macro.
Hay algo armónico en la forma.
¿Qué diferencia la segunda fila de larvas a la última?
Cómo es que saben. 
Del azar y el 
                      orden. 

En una pausa en un día de trabajo, debido a que un evento
que debía filmar se demora, quito el lente de una reflex y lo coloco sobre otros dispositivos.
Experimento
Un universo asoma. 












Acerca de la trayectoria de una babosa
que encontré mientras lavaba los platos

Observar el crecimiento de una mariposa o apretar rec
sobre esto, en cierto modo es lo mismo.
Hay comportamientos e inquietudes que
se conservan.

Se vuelve a cualquier punto de la historia con
solo mover un dedo.
No quiero pensar en lineas. 



Los lazos familiares repercuten en la toma
de decisiones sobre cosas mundanas
y pequeñas.

Nos miramos, pero no miramos todo lo que hay detrás.
Es imposible analizar.
Me refiero a lo que resta del árbol.

Una araña. Un colchón.
Siempre queda algo por ver en el fondo del encuadre.
Y en el cuadro familiar.

Otra intervención audiovisual con carácter 
de alterego:

AV 0B21 (M.U.T.A) from Nicolás M. Chas on Vimeo.




La pose de las larvas. No sé muy bien
si seguimos dentro del microscopio o estamos fuera.
Estoy permeable a las influencias y veo
 a lo lejos un desfile de objetos inanimados.

Un lugar abandonado.
Un lugar para diseñar el reflejo del micromundo.




Primer rompecabezas. En la misma casa de los capullos, 
volqué la caja con todas las piezas sobre un suelo 
de madera. Siempre insistían con 
que las guardara bien una vez que terminase. 

De lo contrario, no iban a poder volver a jugar. 



25 años. 

¿Qué es lo que hace la gente de mi edad con las frutas?
Tengo una lámpara de pie que sabe interrogar. 
Y algunos veranos de salir temprano de instituciones. 





Frente al colegio,
había un árbol de naranjas silvestres.
Una nueva advertencia, similar a la del
rompecabezas, pero sin aludir al orden de las piezas:

No se pueden comer. 

La cuestión en verdad, es que si las comía
iban a volver a crecer. 
Por lo cual las naranjas no eran el foco
de atención, sino mi bienestar. 

De todas formas nunca me les acerqué demasiado.
Unos años después fueron mediadas por un lente,
debido a que el deseo siempre encuentra la manera de 
desbordar
por 
algún 
 orificio. 






En la ampliación siempre hay pornografía. 

Más sobre lo que esconden las relaciones y los frutos,
esta vez bajado en palabras y sonido.
Haga click acá: 



Frágil y sésil, ya fui vástago. 

Nueva serie fruto de la actividad interrogatoria
y biológica. 





No voy a nombrar las voces en off que me atraen
Aunque después quizás charle de ciertas
 cuerdas francesas de los 60' que me influencian. 
Algo en la métrica de la obra de Subiela
también hay. 

Fin

En otro trabajo me encargo de hacer zooms
digitales para poder enmascarar cosas.
Cosas que no quieren que se vean. 
Por eso solemos parar a las personas 
en un fondo blanco y las obligamos a sonreír
o a hablarnos de sus vidas.

A veces cuando estoy solo en la oficina, me quedo
mirando los pixeles. Y sé que hay algo, 
mas allá de unidades que conforman 
un otro más grande. 







Como resultado de una alergia en medio
de una noche de edición, llega un mundo
oculto. 

Siempre frente nuestro, pero diminuto y por momentos
gigante. 
Con foco y la herramienta adecuada, puede
que nos adentremos. 

Hay un colchón que es de alguien y que está en un lugar.
Y que tiene una historia. 
Molecular.
Bacteriológica. 
Microscópica. 
Afectiva.
Y como toda historia, habla del tiempo.